SISTEMA NERVIOSO AUTONOMO
El control de los órganos internos está regulado por el sistema nervioso autónomo formado por nervios que comunican los diferentes órganos con la médula espinal, el bulbo raquideo o hipotálamo.
Su funcionamiento es inconsciente y automático por eso recibe el nombre de sistema nervioso autónomo. Su importancia es vital ya que controla las funciones como la digestión, la respiración, la circulación sanguínea o la excreción.
El sistema nervioso autónomo tiene dos componentes, llamados sistema simpático y sistema parasimpático los cuales realizan acciones contrarias, si se estimula la actividad de un órgano el otro la reduce. Entre estímulo e inhibición se logra el funcionamiento correcto de cada órgano.
La acción del sistema simpático prepara el cuerpo para afrontar situaciones de tensión, de alarma o que requieran un esfuerzo y por lo tanto aumentan el gasto de energía.
El sistema parasimpático produce una relajación del cuerpo lo que comporta en general una disminución del consumo energético.